Fundación Europea de Medicina Tradicional Complementaria e Integrativa
Resumen
El tejido conectivo o fascia juega un papel clave en el mantenimiento de la salud y la función corporal. La fascia está formada por porciones sólidas y fluidas, que se interpenetran e interactúan entre sí, formando una red tridimensional polimórfica. En el vasto panorama de la literatura no existe un pensamiento unívoco sobre la nomenclatura y terminología que mejor represente el concepto de fascia. La organización Fundación de Investigación Osteopática y Aprobación Clínica (Foundation of Osteopathic Research and Clinical Endorsement - FORCE) reúne a varias figuras científicas en una perspectiva multidisciplinaria. FORCE trata de encontrar una nomenclatura común que pueda ser compartida, a partir de las nociones científicas actualmente disponibles. El conocimiento del continuo fascial debe estar siempre al servicio del clínico y nunca convertirse en algo exclusivo por la presencia de derechos de autor, o mercantilizado para beneficio de unos pocos. FORCE es una organización sin ánimo de lucro al servicio de todos los profesionales que se ocupan de la salud de los pacientes. El artículo revisa los conceptos de fascia, incluidos algunos temas científicos que rara vez se consideran, para comprender el tema fascial más amplio y proponer nuevos conceptos, como la fascia holográfica.
Introducción y antecedentes
El tejido fascial en el imaginario colectivo se asocia a una estructura sólida, lo que puede dar lugar a problemas relacionados con el dolor o una alteración de las funciones motoras. A pesar de la fácil conexión entre la fascia sólida y los comportamientos funcionales o sintomáticos que pueden derivarse de este tejido, cuando intentamos investigar sus conexiones y/o funciones reales, no disponemos de información precisa. Por poner algunos ejemplos, la banda iliotibial (ITB) está conectada a músculos como el glúteo mayor y el tensor de la fascia lata; una alteración de la estructura y función de la ITB provoca dolor y una distribución perturbada de las tensiones mecánicas que sufre la zona de la rodilla [1]. A pesar de que la anatomía describe dónde se encuentra y la histología describe la estructura morfológica, no sabemos en detalle cómo se producen los intercambios de información biomecánica entre las estructuras miofasciales adyacentes y la ITB, así como tampoco entendemos por qué se comporta esta zona en diferentes maneras en diferentes temas [1,2]. No siempre hay acuerdo sobre la definición o descripción o función de las diferentes áreas fasciales. La fascia precaecocólica o membrana de Jackson se describe de diferentes formas (larga o corta, gruesa o delgada, translúcida u opaca, membrana o fascia), dependiendo de la subjetividad anatómica, cuya función no siempre se conoce [3]. El valor de la fascia cambia según el profesional de la salud. Para el cirujano, la fascia endopélvica es una estructura que juega un papel importante en la función y sostén de las vísceras, mientras que para el anatomista es una capa débil constituida por tejido areolar con la función de recubrir las vísceras pélvicas [4].
Con el avance de la tecnología se observan estructuras más detalladas, nombrando un determinado tejido con nuevas terminologías o reemplazando las anteriores. El circumneurium reemplaza el nombre anterior de paraneurium o vaina paraneural, que es un tejido o fascia no neural que cubre la mayoría de los nervios y es más externo que la capa subyacente o epineuro, dividido en un borde externo e interno; el epineuro puede contener en su espesor (interno y externo) compartimentos que contienen adipocitos, que pueden estar ausentes o presentes dependiendo del espesor total del nervio [5]. No conocemos en detalle las funciones de este circumneurium con respecto a la biomecánica del nervio y con respecto a los tejidos circundantes [6]. Con la mejora de las técnicas quirúrgicas que van de la mano con la investigación, aumentan las descripciones de las diferentes relaciones fasciales y continuidades anatómicas. El sistema aponeurótico muscular superficial (SMAS) es un área anatómica importante para la cirugía plástica facial, que conecta el área superficial del labio superior, el surco nasolabial, la porción frontal, parotídea, cigomática e infraorbitaria, parte del músculo platisma y el músculo esternocleidomastoideo, creando una complicada red fascial [7]. El cirujano debe considerar estas conexiones antes de organizar la cirugía.
La continuidad fascial puede ser fuente de dolor, en condiciones patológicas crónicas o agudas; el tratamiento manual dirigido al sistema fascial puede aliviar los síntomas asociados. En pacientes con artropatía hemofílica de codo, es evidente que un tratamiento manual mejora el cuadro sintomatológico y la calidad de vida; la percepción del dolor esternal disminuye, con mejoras funcionales respiratorias, en pacientes sometidos a esternotomía media para cirugía cardíaca mediante tratamientos fasciales manuales [8,9]. Es importante que el médico sepa exactamente dónde aplicar la terapia farmacológica subcutánea. En el caso del síndrome de dolor del trocánter mayor, el uso de un ultrasonido (bloqueo del plano fascial guiado por ultrasonido) se vuelve fundamental para discernir la profundidad y ubicación de las estructuras anatómicas fasciales para insertar la aguja correctamente; el mismo enfoque de evaluación (ultrasonido fascial) se puede utilizar para otros procedimientos de anestesia para cirugía [10,11]. El tejido fascial puede presentar alteraciones estructurales, como osificaciones, sin aparentes alteraciones funcionales ni dolor, o bien puede destacarse una variante fascial no registrada previamente en la literatura, sin que necesariamente se conozca su función [12,13]. El artículo repasa la evolución histórica de la fascia, la evolución de algunos modelos teóricos para entender la fascia, y echa un vistazo a algunos temas científicos no siempre tomados en consideración por la multiplicidad de publicaciones.