Fundación Europea de Medicina Tradicional Complementaria e Integrativa
Investigadores de la Universidad Tecnológica de Chalmers en Suecia, en colaboración con la Universidad de Friburgo en Alemania, han desarrollado una innovadora técnica de estimulación eléctrica que acelera la cicatrización de heridas hasta tres veces más rápido. El estudio, publicado en la revista Lab on a Chip, describe cómo los científicos diseñaron un biochip con células de piel cultivadas que imitan la estructura y función de la piel humana. Al exponer un grupo de estas células a un campo eléctrico de 200 mV/mm, observaron que la estimulación eléctrica permitía que las células se alinearan y migraran hacia el sitio de la herida con mayor rapidez, facilitando así un proceso de regeneración significativamente más veloz. Además, no se observaron efectos secundarios, lo que convierte a esta técnica en una opción prometedora para el tratamiento de heridas crónicas, especialmente en pacientes con diabetes.
La aplicación de la electricidad en el cuerpo humano tiene una historia que se remonta a siglos atrás, empleando diversos métodos. El principio fundamental radica en la aplicación de frecuencias e intensidades eléctricas específicas que interactúan con el organismo para lograr efectos terapéuticos.
Un hito notable en la historia de la electroterapia es el trabajo de Luigi Galvani en el siglo XVIII. Galvani demostró que la estimulación eléctrica podía provocar contracciones musculares, sentando las bases de la neurofisiología moderna. Aunque no se dispone de evidencia específica sobre su uso de chispas eléctricas para tratar la parálisis facial, su investigación fue pionera en la comprensión de la relación entre electricidad y función muscular.
En China, durante la década de 1950, investigadores comenzaron a integrar corrientes eléctricas en la acupuntura para mejorar sus efectos, lo que llevó al desarrollo de la electroacupuntura tal como la conocemos hoy.
Además, se ha documentado el uso de peces eléctricos en la medicina tradicional china para tratar afecciones como la ptosis (caída del párpado) en casos de parálisis facial. Según Whittaker (1989), se recomendaba cortar la cola de un pez gato vivo y aplicarla directamente sobre la zona paralizada cada mañana, observándose una corrección inmediata del párpado caído. Aunque estas prácticas carecían de una base teórica sólida en su momento, contribuyeron al estudio de fenómenos eléctricos en animales y llevaron a descubrimientos significativos en neurología.
Investigaciones posteriores han identificado diversos peces eléctricos, como el pez torpedo o raya eléctrica, capaz de generar descargas de hasta 150 voltios; el pez gato eléctrico (Parasilurus asota); y el Electrophorus electricus o Gymnotus electricus, que puede producir hasta 600 voltios. El estudio de estos animales ha sido crucial para avances en electrobiología y la comprensión de sinapsis colinérgicas a nivel celular y molecular. Gracias a estas investigaciones, se logró aislar y describir la acetilcolina como el primer neurotransmisor implicado en la unión neuromuscular, un hallazgo fundamental en la historia de la bioquímica y la neurofisiología.
Electroacupuntura y regeneración celular
El hallazgo del estudio publicado en Lab on a Chip abre nuevas posibilidades para la aplicación de la electroacupuntura en la regeneración celular y la cicatrización de heridas. Diversos estudios han investigado cómo la electroacupuntura puede influir en la migración celular y la producción de factores de crecimiento esenciales para la regeneración de tejidos. Por ejemplo, se ha observado que tanto la acupuntura manual como la electroacupuntura promueven la liberación de factores de crecimiento epidérmico y angiogénico, los cuales favorecen la cicatrización de heridas y la regeneración de fibras musculares.
Además, se ha demostrado que la estimulación eléctrica o mecánica de puntos de acupuntura puede inducir respuestas en el sistema nervioso autónomo, modulando funciones corporales y promoviendo procesos regenerativos. Estos hallazgos sugieren que la electroacupuntura puede activar mecanismos neurofisiológicos que estimulan la respuesta del organismo, favoreciendo la reparación de tejidos dañados.
A medida que la ciencia sigue explorando los beneficios de la bioelectricidad en la cicatrización de heridas, la electroacupuntura se posiciona como un método terapéutico con un gran potencial para potenciar los efectos de la estimulación eléctrica, ofreciendo nuevas esperanzas en la medicina regenerativa.
Fuente:
Elaborada por el Comité Científico del Observatorio de Acupuntura y MTC.