Fundación Europea de Medicina Tradicional Complementaria e Integrativa
La suplementación con curcumina podría aumentar los niveles de microbios intestinales beneficiosos que limitan las acciones de las toxinas, además de aliviar los síntomas de la enfermedad renal crónica (ERC). Así lo ha contrastado una nueva investigación científica.
Según los resultados del estudio, la curcumina estimula la producción de enzimas proteolíticas implicadas en el metabolismo de las toxinas urémicas sulfato de indoxilo (IS) y sulfato de p-cresilo (PCS). Estos beneficios contribuyen a la progresión de la enfermedad renal. Los científicos han detallado que IS y PCS son directamente responsables de la progresión del daño renal y del aumento de los riesgos cardiovasculares.
Curcumina para el apoyo de la salud renal
A medida que empeora el daño renal, ambas moléculas tienden a aumentar de tamaño. Sin embargo, en el estudio no se detectaron aumentos perceptibles en las concentraciones plasmáticas en pacientes con ERC después de la ingesta de curcumina.
“Por lo general, hay un aumento en los niveles de toxinas urémicas a medida que empeoran los daños renales, pero esto no se observó después de la suplementación”, tal y como avanzó el equipo de investigación. “Curiosamente, se puede observar una tendencia de reducción para los niveles de PCS total y libre, después de 3 y 6 meses de suplementación con fitosoma de curcumina”, añadieron.
Enfermedad renal crónica (ERC)
Se trata de una afección que afecta a alrededor del 13,4% de la población mundial y es uno de los principales factores de riesgo para desarrollar enfermedad cardiovascular (ECV). A pesar de que cada vez hay más conciencia sobre el papel que desempeña la microbiota intestinal en ciertas funciones homeostáticas y la “carga metabólica” de la disbiosis como resultado de la ERC.
Asimismo, esta carga incluye la producción excesiva de toxinas urémicas y citoquinas inductoras de inflamación perjudiciales para la salud. Según recoge el estudio, “los pacientes con ERC se caracterizan por un estado persistente de inflamación crónica de bajo grado. “.
Los procesos inflamatorios del organismo tienden a aumentar con el envejecimiento, por lo que se sugiere una dieta antiinflamatoria para ayudar a modular y reducir la carga de la enfermedad en personas mayores. Por ejemplo, la suplementación con probióticos, prebióticos o nutracéuticos se considera eficaz para modificar los resultados clínicos mediados directa o indirectamente por cambios en el estado inflamatorio y oxidativo.
Además, los estudios in vitro ya han demostrado las propiedades antiinflamatorias de la curcumina, ideales para ayudar a reducir las citoquinas plasmáticas. En este sentido, los investigadores querían explorar más a fondo el efecto de la suplementación oral en la modulación de la microbiota intestinal y su interacción entre los estados nutricional, inflamatorio y oxidativo.
Detalles del estudio
Concretamente, en el estudio participaron 24 voluntarios de edad avanzada con ERC (hombres y mujeres) y un grupo de control de 20 participantes sin ERC (de edad y sexo similares) para el ensayo de seis meses. Los pacientes con ERC recibieron una dosis dos veces al día de 500 mg de tabletas de curcumina Meriva (lecitina de calidad alimentaria), que contenían una cantidad estandarizada de 100 mg de curcuminoides altamente biodisponibles.
Se utilizó un diario de alimentos de tres días para estimar el consumo de alimentos de los pacientes. Al mismo tiempo, se recogieron parámetros clínicos, medidas antropométricas y de composición corporal, hábitos dietéticos y muestras de heces y sangre al inicio del estudio, a los tres y seis meses.
Por su parte, el análisis de bioimpedancia (energía proteica) reveló una reducción considerable en el porcentaje de masa grasa y una tendencia creciente positiva en los resultados de masa libre de grasa en el grupo con ERC después de tres meses.
Respuesta de los suplementos de curcumina en los pacientes
La toma de este suplemento provocó un cambio en la diversidad microbiana intestinal hacia una “comunidad de sujetos de salud”, con un aumento en la abundancia relativa de tres especies bacterianas protectoras. En el caso del Lactobacillaceae aumentó significativamente a los seis meses en comparación con los tres meses (0,53% frente a 0,15%); hubo un aumento progresivo de Prevotellaceae desde el inicio hasta los seis meses; y un aumento constante general de Lachnospira. También se observó una reducción en la ingesta de fósforo y potasio.
Por otro lado, la suplementación redujo considerablemente los niveles de citocinas proinflamatorias en plasma (CCL-2, MCP-1, IFN-γ e IL-4) y disminuyó la peroxidación lipídica. Mientras que las cantidades excesivas de peroxidación lipídica pueden causar daño celular. Sin embargo, los resultados revelaron una disminución promedio del 18% después de tres meses y un promedio del 25% a los seis meses en pacientes con ERC. En cambio, los niveles fueron significativamente más bajos que el grupo de control.
Las calorías diarias totales cayeron en el grupo de curcumina, así como la ingesta total de carbohidratos y proteínas desde el inicio hasta los tres y seis meses. Los autores afirmaron que los resultados respaldan las conclusiones de estudios similares sobre los beneficios de la ingesta de curcumina.
Por último, el equipo de investigación ha añadido que “el fitosoma de curcumina mostró una biotransformación de curcuminoides más eficiente por parte de la microbiota intestinal humana en comparación con la curcumina no formulada, sin alterar el perfil natural de los metabolitos de la cúrcuma. Esto sugiere una potencial eficacia clínica mejorada”.