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Los niveles en sangre de ferritina, una proteína involucrada en el almacenamiento del hierro, están relacionados de manera positiva con la función ejecutiva del cerebro, responsable de habilidades como por ejemplo la planificación, la inhibición, la flexibilidad, fluidez verbal y la memoria. En cambio, algunas especies bacterianas presentes en la microbiota intestinal perjudican estas funciones. Así lo afirma un estudio liderado por el Instituto de Investigación Biomédica de Girona Dr. Josep Trueta (IDIBGI) en que ha participado personal investigador de la Universitat de Lleida (UdL) y el Instituto de Investigación Biomédica de Lleida (IRBLleida). Los resultados de la investigación los han publicado en la revista científica Gut Microbes.
El trabajo se ha hecho a partir de 1.030 muestras recogidas en el proyecto Imagenoma del Envejecimiento del IRBLleida y el IDIBGI. Los expertos han analizado el microbioma intestinal y el metaboloma plasmático mediante la secuenciacion metagenómica shotgun y la espectrometría de masas en tándem por cromatografía líquida de alto rendimiento-ionización electrosprai (HPLC-ESI-MS/MS). Así han descubierto que la fenilacetilglutamina (PAG), un subproducto de la fenilalanina generado por microbios intestinales, afecta negativamente la ferritina sérica, la función ejecutiva del cerebro y la memoria semántica. Mientras, el ácido graso eicosapentaenoic las beneficia.
Por todo ello, los científicos creen que las asociaciones entre la ferritina y la cognición podrían estar mediadas por el microbioma intestinal mediante metabolitos derivados de microbios. "Casi todos los genes microbianos implicados en el metabolismo de la arginina, la prolina y la fenilalanina están asociados negativamente con la ferritina y la función ejecutiva del cerebro", recogen en el artículo. "Así, cuanto más altos sean los niveles de ferritina a la sangre, más grande será la regulación a la baja de estos genes y mejor será la puntuación cognitiva", añaden. Aun así, apuntan que hacen falta más estudios.
"Cada vez encontramos más evidencias del eje microbiota intestinal - cerebro. Si conseguimos comprender este vínculo, podría abrir la puerta a crear terapias para trastornos cognitivos basadas en la modificación de la microbiota a través de cambios a la dieta", destaca el jefe del grupo de Nutrición, *Eumetabolisme y Salud del IDIBGI, José Manuel Fernández-Real.
En el estudio han participado el catedrático de la Facultad de Medicina de la UdL, Reinald Pamplona, y la profesora Mariona Jové. Los dos forman parte del grupo de Fisiopatología metabólica del IRBLleida.
Texto: Comunicación IDIBGI / Prensa UdL