Fundación Europea de Medicina Tradicional Complementaria e Integrativa
Teresa Moliner, es madre de dos niñas y actualmente trabaja de dependienta en una tienda de alimentación. Desde hace años venía sufriendo fuertes dolores de espalda provocados por una antigua contractura muscular que no se curó por completo y que le había llevado al extremo de no poder llevar un ritmo de vida normal. Eran muchas las noches en las que el dolor llegaba incluso a despertarla, haciéndole casi imposible realizar tareas tan sencillas como levantar a su hija en brazos. Su situación laboral fue empeorando a causa de su enfermedad y en el último año se vio obligada a coger la baja hasta cuatro veces a causa del intenso dolor de espalda que sentía. Con el paso de los días su situación le llegó a impedir realizar determinadas tareas del hogar y en muchas ocasiones tuvo incluso que pedir ayuda a sus familiares y amigos.
En su trabajo no era menos y para no faltar tanto y poder aguantar la jornada laboral, Teresa tomaba muchos analgésicos, antiinflamatorios además de protectores del estómago (…). Su desesperación le llevó a buscar una solución en los mejores traumatólogos, masajistas y fisioterapeutas de su ciudad pero solo le aliviaban unos días y el dolor volvía en cuanto dejaba la medicación.
Fue por casualidad y gracias a un conocido de su trabajo, que le hablaron de la medicina china y de los profesionales de las Clínicas Guang An Men. Movida por su desesperación acudió, no sin escepticismo, a la visita informativa que ofrecen, de carácter gratuito, para explicar su caso y ver si se podía tratar con medicina china y cómo. Su vida dio un paulatino giro de 180 grados. Fue realizando sesiones periódicas de acupuntura y fue experimentando los efectos reguladores de la medicina china. Un día se llegó a sorprender al verse cogiendo a su niña del suelo, que se había caído, con un movimiento rápido, cosa que hacía meses era impensable. Y esta vez se le volvieron a caer las lágrimas pero no de dolor, sino de felicidad. Desde entonces Teresa es feliz, no tiene dolores por las noches, tiene una sonrisa en su expresión y todo gracias a la acupuntura que le eliminó el dolor y la inflamación, a unos masajes de Tuina que le realizaron para recuperar el equilibrio en la columna y a la fitoterapia que tomó para fortalecer sus ligamentos, tendones y musculatura en general. Ahora Teresa ya conoce el valor de la salud.