Fundación Europea de Medicina Tradicional Complementaria e Integrativa
Investigadores de la Universidad de Sheffield (Reino Unido) han descubierto una nueva forma de tratar enfermedades inflamatorias comunes, y la mayoría incurables, como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
Normalmente, cuando una persona se lesiona o tiene una infección, el cuerpo envía glóbulos blancos especializados (neutrófilos) para limpiar la zona, lo que provoca que esta se ponga roja y se inflame. Esta inflamación generalmente disminuye con el tiempo, aunque en ciertas enfermedades la inflamación persiste, dañando al tejido circundante.
Ahora, en un nuevo estudio publicado en «ScienceTranslational Medicine», los científicos han encontrado una posible solución al usar la Salvia miltiorrhiza, que podría ser una poderosa arma para combatir la inflamación.
«Las patologías inflamatorias crónicas son una causa importante de enfermedad y muerte en el mundo y muchas de ellas se caracterizan por la persistencia de los neutrófilos», explica Stephen Renshaw, del departamento de Infección e Inmunidad de la institución inglesa y uno de los autores principales del estudio. «La orientación de estas células podría ser una manera de lograr la curación».
Nuevos fármacos
Gracias al cribado de fármacos en ensayos con peces cebra, los investigadores encontraron un compuesto, Tanshinona IIA, que redujo la inflamación al eliminar los neutrófilos haciéndolos 'morir' en la herida y moviéndolos fuera de ella -una forma completamente nueva de tratar la inflamación-. «Nos sorprendió gratamente comprobar el efecto de Tanshinona IIA, ya que este mecanismo de acción no ha sido previamente observado para cualquier otro compuesto antinflamatorio», añade Renshaw.
Así, el descubrimiento ha dado la oportunidad al grupo de expertos de desarrollar, por primera vez, fármacos antinflamatorios que no aumentan el riesgo de infecciones, como sucede con los tratamientos actuales. «Enviar células inmunes lejos del tejido dañado podría ser una buena manera de permitir que el daño se cure mientras que estas también protejan contra la infección», apunta el científico.
Para llevar a cabo el estudio, los investigadores modificaron un modelo de pez cebra (genéticamente etiquetado con proteína verde fluorescente) en el que los neutrófilos brillaban, iluminando la respuesta inflamatoria de una forma que no puede hacerse en otros modelos animales.
Las larvas de pez cebra son un modelo ideal para la detección de fármacos en animales vivos
«Las larvas de pez cebra son un modelo ideal para la detección de fármacos en animales vivos debido a su pequeño tamaño, su transparencia óptica y la facilidad de manipulación genética y farmacológica», señala Renshaw.
Los investigadores trataron las larvas con compuestos diseñados para alejar a los neutrófilos del tejido dañado. De todos los compuestos, Tanshinone IIA tuvo el mayor efecto en reducir la inflamación; llegando a provocar incluso la muerte celular en algunos neutrófilos y que se alejara también de la herida. «El hecho de que este fármaco ya se utilice en la medicina tradicional china significa que podemos estar seguros de que no sería tóxico para los seres humanos, y que es poco probable que el efecto antinflamatorio sea específico para el pez cebra», indica el experto.
Según los autores, que continuarán las investigaciones en el futuro, Tanshinona IIA podría ser el primero de una nueva clase de fármacos capaces de abordar algunas condiciones devastadoras, beneficiando a miles de enfermos, a pesar de que aún se desconoce cómo el compuesto ayuda a los glóbulos blancos a migrar fuera de la herida. «Si averiguamos exactamente cómo actúa, podríamos ser capaces de provocar específicamente estos mecanismos de eliminación de neutrófilos y desarrollar nuevas y más eficaces terapias antiinflamatorias», concluyen.
Fuente: ABC