Fundación Europea de Medicina Tradicional Complementaria e Integrativa
Nuevas investigaciones destacan que la obesidad, la dieta y el estilo de vida influyen más que la herencia genética en el desarrollo del cáncer. Ajustes alimentarios saludables e innovaciones como la inmunoterapia oncológica abren un horizonte esperanzador en la prevención y el tratamiento.
Durante décadas, el cáncer se entendió casi exclusivamente como una enfermedad genética. Sin embargo, la evidencia científica más reciente apunta a que los factores ambientales y de estilo de vida desempeñan un papel determinante en su aparición y progresión.
Factores modificables con impacto clínico
Según la Sociedad Americana contra el Cáncer (Cancer Facts & Figures 2025, EE. UU.), aproximadamente el 40 % de todos los cánceres en ese país están relacionados con factores de riesgo potencialmente modificables como la obesidad, la dieta poco saludable y la inactividad física.
Esta visión se refuerza con la entrevista publicada en Vital Signs al Dr. Jason Fung, nefrólogo canadiense y autor del best seller The Cancer Code (2020, Canadá), quien sostiene que el cáncer no debe verse solo como mutaciones genéticas, sino como una respuesta celular a un entorno metabólico adverso. Fung enfatiza la importancia de fortalecer el sistema inmunológico y mejorar el “suelo celular” a través de ajustes dietéticos y de estilo de vida.
Obesidad y cáncer: una conexión consolidada
Una revisión sistemática de 2023 sobre obesidad y epidemiología del cáncer (Reino Unido y EE. UU.) confirmó que el exceso de peso y una dieta deficiente explican cerca del 30 % de los casos de cáncer, a través de mecanismos de inflamación crónica, desequilibrios hormonales e hiperinsulinemia.
Inmunoterapia oncológica: un giro en el tratamiento
Los avances en inmunoterapia oncológica han cambiado el enfoque terapéutico. Se trata de un conjunto de tratamientos que utilizan y refuerzan el sistema inmunitario del propio paciente para reconocer y atacar las células tumorales. A diferencia de la quimioterapia o la radioterapia, que destruyen células de manera indiscriminada, la inmunoterapia entrena al organismo para identificar a las células cancerosas que normalmente logran pasar desapercibidas.
Entre las terapias más destacadas se encuentran:
Fung denomina a este proceso “vigilancia del cáncer”, subrayando que mantener un sistema inmunitario activo y eficiente es clave tanto en prevención como en tratamiento.
Un hallazgo en Japón: ADN y ARN de la dieta con efecto anticáncer
Una investigación publicada el 24 de septiembre de 2025 en la revista PLOS ONE por la Universidad Metropolitana de Osaka (Japón) ha descubierto que los ácidos nucleicos presentes en alimentos comunes (ADN y ARN) generan, tras la digestión, nucleósidos con propiedades antiproliferativas frente a células tumorales.
El equipo liderado por la profesora Akiko Kojima-Yuasa observó que la guanosina y la 2’-desoxiguanosina inhiben la transición de células cancerosas de la fase G1 a la fase S del ciclo celular, bloqueando así su multiplicación. El ARN, obtenido de levadura torula, mostró mayor eficacia que el ADN derivado de leche de salmón.
Este hallazgo abre una nueva vía de investigación sobre cómo la alimentación no solo modula factores de riesgo metabólicos, sino que además puede aportar moléculas bioactivas directamente implicadas en la supresión tumoral.
Recomendaciones y precauciones
Si bien los resultados son prometedores, los expertos recomiendan cautela. La propia Kojima-Yuasa advierte que aún se deben evaluar posibles efectos secundarios derivados del consumo elevado de ácidos nucleicos. Médicos integrativos como el Dr. Ralph Waldo (EE. UU.) destacan que “la prevención del cáncer se apoya en decisiones acumulativas: dieta equilibrada, ejercicio regular, control del estrés y evitar tóxicos, más que en una única solución milagrosa”.
Hacia un modelo integrador de prevención
Los ajustes dietéticos saludables y las terapias inmunológicas ofrecen un horizonte esperanzador frente a esta enfermedad. La combinación de investigación básica, intervenciones clínicas y promoción de estilos de vida saludables está perfilando un nuevo paradigma: el cáncer no es solo una cuestión genética, sino una enfermedad donde los factores ambientales, metabólicos e inmunológicos pueden marcar la diferencia.
Fuente: The Epoch Times